La recomendación viene avalada por los especialistas e investigadores de la Escuela de Salud Pública de Harvard, y cuyos resultados se han presentado en la Sociedad Europea de Reproducción Humana y Embriología, constatando que el consumo de grasas monoinsaturadas entre las mujeres en tratamiento de fertilidad, y mayores de 30 años, puede llegar a triplicar las posibilidades de ser madre. Por el contrario, el consumo de grasas saturadas se relaciona con la menor producción de óvulos.

Hay que señalar que aunque la relación entre alimentos y salud es innegable, sí es la primera vez que se vincula de manera tan directa la relación entre el consumo de unas grasas determinadas y las probabilidades de aumentar la eficacia de un tratamiento de fertilidad.

Fuente|Ella hoy, Foto| recetario cocina


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