La agenda de noticias de los medios estos últimos días ha venido marcada, entre otras cosas, por el aumento del IVA que ha aplicado el Gobierno socialista como una de las medidas de ajuste económico. Pocos quedan por poner el grito en el cielo, sobre todo viendo el enfoque de muchos artículos y opiniones, pero como suele ser habitual, los medios pasan de largo por otras noticias que deberían tener el mismo peso. La cuestión es que, también desde este pasado 1 de julio de 2010, será obligatorio un nuevo sello creado por la Unión Europea para identificar los alimentos envasados que han sido producidos de manera ecológica dentro del espacio comunitario.
Este logotipo de producción ecológica de la UE y los de sus Estados miembros sirven para complementar el etiquetado habitual y aumentar la visibilidad de este tipo de alimentos y bebidas de cara a los consumidores. La desinformación es una constante en nuestro mercado alimentario y sin duda que esta es una gran noticia y un gran paso. La lucha contra los transgénicos continúa y ahora sólo falta que este otro tipo de alimentos se etiquete también para que no nos la cuelen más.
La “eurohoja” (como ha sido bautizado el logo en forma de hoja de árbol formada por estrellas sobre fondo verde) es el nuevo sello creado por la Unión Europea para identificar a los alimentos que provienen de la agricultura ecológica. El logotipo ganador es fruto de un concurso paneuropeo abierto a estudiantes de arte y de diseño. Los casi 3.500 diseños presentados fueron examinados por un tribunal de renombre internacional y los tres mejores logotipos fueron sometidos a una votación popular “online” que finalizó el 31 de enero del 2010. Este sello certifica que un producto cumple los criterios de agricultura ecológica de la UE y su diseño no puede ser modificado, aunque sí puede ‘coexistir’ con otros sellos privados, nacionales o regionales.
El nuevo logotipo ecológico es el segundo símbolo de certificación de productos ecológicos en la UE. El primero fue lanzado a finales de la década de 1990 y se aplicó de forma voluntaria. Este queda en desuso desde el 1 de julio de 2010, aunque todavía puede aparecer en algunos productos según pasen a través de la cadena de suministro. El uso del logotipo de la UE es obligatorio para los alimentos preenvasados desde el 1 de julio de 2010, aunque para productos importados sigue siendo de uso voluntario después de esa fecha.