Estos últimos meses estamos muy atentas de las redes y nos hemos dado cuenta que la soja texturizada ha ido ganando más y más peso en el mundo del real fooding. Nosotras siempre la hemos tenido en tienda, pero viendo la gran demanda, queremos hacer un mayor hincapié en conocer bien el producto por el que tanto nos preguntáis.
La soja texturizada es un producto de bajo contenido en grasas saturadas y sal, libre de azúcares, gran fuente de fibra y muy rico en proteínas y carbohidratos de calidad. Los valores nutricionales por 100 gramos de soja texturizada son 364 kcal, 4 g de grasas, de las cuales 0,6 g son saturadas, 30 g de carbohidratos, 4 g de fibra, 50 g de proteína y 0,04 g de sal.
La pregunta del millón: ¿Cómo cocinar con soja texturizada?
Es imprescindible hidratarla, ya puede ser con agua o con caldo de algún plato que hayamos hecho. Hidratar la soja texturizada antes de la cocción es sencillo y rápido. Solo tenemos que colocar la soja en un recipiente hondo y cubrir con el doble de agua en volumen (como cuando hacemos arroz). En 15 minutos está lista para ser usada. Si utilizamos agua caliente aceleramos el proceso y ahorramos tiempo. Si nos pasamos del tiempo de hidratación, no pasa nada.
Una vez hidratada, la soja se pasa a un colador y se deja escurrir ligeramente para que suelte el exceso de líquido. Podemos presionar con suavidad, pero sin pasarnos ni espachurrarla porque se puede quedar demasiado seca. Después se saltea con un poco de aceite de oliva virgen extra, especias, hierbas, salsa de soja u otros condimentos potenciadores del sabor. Al gusto claro.
Adiós a la carne.
¿Porqué nos encanta? Porque hemos conseguido decir adiós a la carne y tener un sustituto perfecto. La soja texturizada se consigue en partículas de diferentes calibres: finos muy semejantes a la carne picada o gruesos que parecen pequeñas albóndigas. Sea cual sea la opción debemos hidratar la soja texturizada en agua antes de usarla, para que adopte una consistencia blanda, porosa y fibrosa que resultará muy semejante a la carne y que podemos usar como tal.
Así, con soja texturizada podemos elaborar desde una salsa boloñesa vegana hasta tacos, chili vegeatiano o incluso, un adobo o salsa para otros platos.
Para los más escépticos. Estamos seguras de que si no decís nada y la ofrecéis a vuestros familiares, ni se darán cuenta del cambio. Os animamos a probarlo.
El remplazo perfecto de la carne.